En un entorno donde los márgenes de error son cada vez más estrechos, la alta precisión no es una ventaja competitiva, sino una necesidad técnica y visual. La forma en que se resuelven los encuentros entre materiales define el nivel de calidad percibido en un edificio, así como su capacidad de adaptación frente al movimiento, el clima y el paso del tiempo.
Juntas que definen ritmo y precisión
Las juntas, por ejemplo, han dejado de ser simples líneas de separación entre módulos para convertirse en elementos de diseño activo. En fachadas ventiladas, plafones modulares o sistemas de cancelería, las juntas deben permitir la dilatación térmica, el movimiento estructural y la ventilación, sin comprometer la continuidad visual. Actualmente, gracias al desarrollo de sistemas industrializados, se diseñan juntas abiertas controladas, selladas o incluso invisibles, que elevan el lenguaje arquitectónico al generar ritmos, acentos o ejes de composición. Este grado de control no es posible sin una correcta especificación desde el proyecto ejecutivo, en colaboración con fabricantes especializados.
Remates integrados que consolidan el diseño
Los remates, por su parte, juegan un papel fundamental en la terminación visual de un sistema. Un mal remate puede arruinar incluso el sistema constructivo más sofisticado, mientras que una solución bien pensada puede dar la impresión de un diseño limpio, depurado y coherente. En edificios que incorporan paneles fenólicos, celosías metálicas o sistemas de fachada ligera, los remates deben integrarse al sistema base mediante piezas especiales, perfiles ocultos o módulos de transición. Productos de marcas como Hunter Douglas, Trespa y Kingspan, disponibles a través de dasVent, ofrecen soluciones específicas para lograr remates milimétricos que responden tanto a condiciones estéticas como de impermeabilidad, ventilación o seguridad.
Transiciones limpias entre materiales y sistemas
La transición entre sistemas distintos—por ejemplo, de fachada ventilada a plafón metálico, o de muro sólido a celosía perforada—es otro reto de precisión. Estas transiciones exigen compatibilidad técnica entre componentes, planeación tridimensional desde el diseño y conocimiento profundo de cómo se comporta cada material en obra. Aquí es donde entran en juego los perfiles de unión, soportes invisibles y accesorios de ajuste que permiten conectar aluminio, vidrio, acero o materiales compuestos sin generar fisuras ni discontinuidades visuales. Marcas como Jansen y Kawneer, también representadas por dasVent, han desarrollado sistemas que permiten resolver estas transiciones con estética sobria y alto desempeño técnico, incluso en proyectos con requerimientos sísmicos, acústicos o cortafuego.
Precisión como valor estratégico
La precisión constructiva no solo depende de productos bien diseñados, sino también de una cadena técnica bien orquestada. Desde el modelado BIM hasta la instalación en sitio, cada fase requiere comunicación estrecha entre arquitectos, ingenieros, instaladores y proveedores. El papel del proveedor técnico se vuelve clave: no solo entrega producto, sino experiencia, asistencia en detalle constructivo, soluciones personalizadas y compatibilidad de sistemas. En este sentido, dasVent se ha consolidado como un aliado técnico estratégico, participando desde la etapa de diseño con propuestas de valor que permiten elevar la calidad del proyecto desde los detalles.
Arquitectura que se expresa en los encuentros
Hoy, los proyectos arquitectónicos más exitosos no son necesariamente los más complejos en forma, sino los más consistentes en ejecución. Y esa consistencia se logra al dominar los pequeños gestos: una junta limpia, un remate bien resuelto, una transición invisible. En todos estos casos, la precisión no es solo técnica: es también un acto de diseño. Y quienes logran controlarla, están un paso adelante en la creación de arquitectura duradera, funcional y verdaderamente elegante.